Descripción
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Este vale salió de los talleres de la imprenta de Rafael Bini, de Iquique y no está fechado, pero la leyenda impresa en su anverso apunta al año 1898, dado a que una leyenda idéntica lucen los vales puestos en circulación por The Nitrate Railways Co., fechados el 28 de julio de ese año. Su poder liberatorio tampoco está limitado a la pulpería de una determinada empresa, lo que implica que fue de libre circulación y, por último, sólo lleva la firma de David Richardson como persona natural, de quien era en consecuencia, la responsabilidad de responder por el volumen total emitido.
La leyenda mencionada dice lo siguiente: “D. Richardson pagará al portador la cantidad de Cinco pesos en moneda corriente de Chile tan pronto como los Bancos de este puerto reanuden sus operaciones ordinarias”. Esta alusión exclusivamente a los Bancos de Iquique vincula el problema que originó la emisión, a aquel puerto.
1898 es el año, en que colapsa en Chile la conversión metálica en medio de un panorama de gran tensión internacional, por el riesgo inminente de guerra con Argentina, suprimiéndose definitivamente la facultad emisora de la banca particular, ello implicó que los Bancos se mantuvieron con sus puertas cerradas del 7 al 10 de julio, situación que según Guillermo Subercaseaux en su obra “El papel moneda en Chile desde 1898”, sólo habría afectado a Santiago. En “Valparaíso, Concepción, Iquique y demás plazas de la República, la vida bancaria continuaba como antes”. Además, el vale emitido por Richardson, si nos hemos de atener al caso homólogo del Ferrocarril Salitrero, habría empezado a circular dieciocho días después de reanudadas las operaciones bancarias en Santiago.
¿Cuál era entonces la situación en Iquique?
En la provincia de Tarapacá el panorama general era complejo. Junto a la amenaza trasandina de un conflicto, en el que no habrían permanecido ausentes Perú y Bolivia, estaba la cesión de buena parte de la Puna de Atacama arbitrada a favor de Argentina. En Iquique, por tal motivo, se había empezado a concentrar contingentes de la Guardia Nacional en un régimen de permanente adiestramiento. En la zona central del país, concretamente en Valparaíso y Santiago se desata el pánico por el rumor infundado de que para enfrentar el inminente conflicto, el gobierno retiraría sus depósitos de los bancos, lo que generó una corrida principalmente sobre el Banco de Chile,
por ser el banquero del estado. No obstante, la enfrentó sin problemas.
Las medidas adoptadas para hacer frente a la situación también gravitaron en Tarapacá: el Decreto de Hda. Nº1533 complementando otro anterior, el Decreto No532, suspenden transitoriamente las operaciones en las oficinas públicas que realizan pagos; la Ley 1051 del 11 de julio, estable una moratoria de treinta días en la que, en determinadas circunstancias, no podían iniciarse ni proseguirse acciones ejecutivas civiles o comerciales, y por último, la Ley 1054 de 31 del mismo mes, que suprime en definitiva la convertibilidad del billete de banco.
Iquique tuvo que enfrentar una aguda contracción del circulante como consecuencia de esta crisis. La falta de moneda con que pagarles a los operarios, habría sido de nefastas consecuencias si se prolongaban dichas condiciones. De consenso entonces, empresas salitreras y el alto comercio optaron por salvar la situación emitiendo circulante propio. Es así como la Asociación Salitrera de Propaganda emitió con fecha 5 de Agosto de 1898 Certificados de Depósito al portador, de $5. “pagaderos en letras sobre Londres a 90 días vista, al cambio de 17 1/4 peniques por peso”. El Ferrocarril Salitrero hizo lo propio, habiendo emitido el 28 de julio – una semana antes – vales de
uno, dos, cinco, y diez pesos; otro tanto hizo David Richardson, empresario calificado entre las diez mayores fortunas iquiqueñas de entonces, emitiendo el vale que aquí nos ocupa. Desconocemos si otras empresas locales también lo hicieron.
Richardson, viene al caso señalarlo, era un empresario británico de múltiples y variadas actividades: Agente de Compañías de Seguro nacionales y extranjeras, de empresas industriales extranjeras, importador de maquinarias y mercancías para oficinas salitreras, distribuidor de dinamita, fulminantes, guías y pólvora para minas, propietario de diversos bienes raíces en Iquique y otras localidades. Fue socio de la Compañia del Tranvía de Iquique, de circulación local. También fue bombero de la Compañía Germania y en 1896, Comandante General del Cuerpo de Bomberos de Iquique. Miembro del Club Social Peruano y en 1919, vicecónsul de Notuega. Podemos agregar
también que fue representante de la mina de plata “San Pedro y San Pablo’, de Huantajaya, de propiedad de James B. Chace.
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